Los tipos de
bienes en economía: la rivalidad en el consumo y lo excluible
Dicen por ahí
que los bienes que satisfacen las necesidades de los individuos se asignan
dentro de un mercado (debido a que se les confiere un valor), en los cuales, el
dinero pasa de los compradores a
los vendedores, que son los que proporcionan dichos bienes (Mankiw, 2002).
Sabemos que como seres pensantes, tenemos necesidades y damos prioridad según
nuestra urgencia y elegimos los bienes y servicios según el grado de
satisfacción. Sin embargo, ¿ cómo sabemos si los mercados proporcionan los
bienes que desean los individuos? Respondiendo a la pregunta, va a depender del
bien que se produzca y como se produzca. Para ello, también hay que hacer
mención de lo que Smith propuso en aquel tiempo: la sociedades se pueden
dividir en clases productivas (producen productos tangibles) y aquellas
improductivas (religiosos, abogados, artistas, etc) (Molina y Valenzuela,
2006).
De este modo, la
economía maneja dos características para diferenciar los tipos de bienes: que
sea excluyente y que sea rival en el consumo. El primero consiste en ¿que si es
posible impedir que lo utilicen algunas personas? Y el segundo toma en cuenta
si ¿el uso del bien por una persona reduce la capacidad de otra para usarlo? De
este modo se tienen cuatro tipos de bienes: a) bienes privados, son aquellos
que cumple con las dos características (excluyente y rival en el consumo), b)
bienes reservados, que son excluyentes, pero no rivales en el consumo, c) los
bienes públicos, no presentan estas dos características, y finalmente, c) los recursos comunes,
que presentan una rivalidad en el consumo, pero no son excluyentes (Mankiw,
2002) (Figura 1).
Figura 1. Tipos
de bienes según las dos características: excluyente y rival en el consumo. Tomado
de Mankiw, 2002
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Veamos un
ejemplo sobre los bienes públicos: la cruzada contra el hambre en México, ¿es
posible que se pueda combatir, en un país donde la corrupción se encuentra
gobernando? Y si actualmente, el salario mínimo es de $66. 45 para el área geográfica
B y para el área geográfica A, es de $ 70. 10. Se ha demostrado que la
estrategia utilizada en el presente gobierno carece de fundamentos y
consistencias (Enciso, 2013), de este modo, difícilmente la lucha contra el
hambre pueda dar buenos resultados.
Bibliografía
consultada
Enciso, L. A.
2013. La cruzada antihambre, imprecisa y sin estrategia básica: Coneval.
Disponible en <http://www.jornada.unam.mx/2013/10/02/sociedad/036n1soc>
consultado el 18 de mayo de 2015.
Mankiw, G. N.
2002. Principios de economía. 2ª edición. McGraw-Hill. España. 523 p.
Molina, J. L., y
H. Valenzuela. 2006. Invitación a la antropología económica. Bellaterra.
España. 260 p.
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