“Los científicos
pueden plantear los problemas que afectarán al medio ambiente con base a la
evidencia disponible, pero su solución no es responsabilidad de los científicos,
es de toda la sociedad”.
Dr. Mario
Molina
México ha sufrido grandes transformaciones a partir de la
revolución industrial. Sin embargo, no
ha llegado a ser un país con industrias propias netamente, al contrario, estas
empresas llegan del extranjero y se implantan en el país para adquirir mano de
obra de bajo costo y principalmente encuentran el lugar ideal donde pueden
deliberar contaminantes de alto impacto, puesto que el país no
tiene una regularidad tan objetiva, estricta y cara en cuanto a contaminantes
se refiere.
Tomando en cuenta un poco de historia, a
partir de la década de 1960 algunas ciudades de la nación tuvieron serios
cambios en la calidad del aire como consecuencia del desarrollo de las
industrias y del crecimiento poblacional debido a que hubo emigraciones de los
ciudadanos de los estados periféricos a las ciudades principales para encontrar
mejores condiciones de vida. Originando de este modo el aumento en la demanda
de transporte, cambio de uso de suelo para
asentamientos humanos, alimento, entre otros elementos. En la actualidad la mala calidad del aire
tiene efectos adversos en la salud, lo que resulta en problemas económicos y
sociales de alto impacto.
¿Y que ha hecho el país para
contrarrestar los efectos secundarios del desarrollo? Desde tratados
internacionales por los grandes impactos ambientales, en México a partir de la
de la década de 1970 se crearon las primeras bases de la legislación ambiental
en la nación. La que hasta el día de hoy se ha convertido en un marco jurídico robusto
con instituciones que la respaldan y la aplican. La ley base con respecto al
ambiente es la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente y
aquellas más especializadas en contaminación atmosférica se encuentra, el
Reglamento en Materia de Prevención y control de la Contaminación Atmosférica y
las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) para el control de los niveles de
emisiones de contaminantes a la atmosfera provenientes de fuentes determinadas.
Dentro de las instituciones que administran
estas cuestiones se encuentra la SEMARNAT y la cual cuenta con la PROFEPA que
se encarga de que la ley y los acuerdos se cumplan en realidad y no se haga un
cuento chino de las mismas.
Pero, ¿Qué pasa en realidad? Estas normatividades
siempre se ven administradas por personal inadecuado o corrompido por el valor
monetario de lo material y el poder, lo cual es más valioso que las condiciones
de vida de la sociedad en general. Por lo tanto, estos no se dan cuenta que la
importancia del control de la contaminación atmosférica tiene que ver no solo
con los daños directos que causa a la salud del ser humano o a la naturaleza en
sí (flora, fauna, alteraciones al medio ambiente), sino también con los
impactos negativos sobre la economía como resultado de las pérdidas derivadas
de los efectos directos e indirectos,
así como por los gastos relacionados con la aplicación de medidas para
controlar dicha polución. Pero debido a las barreras anteriores, las soluciones
se quedan suspendidas en el aire como las partículas contaminantes, formando
acumulados, que solo enferman a la sociedad, perdiendo la veracidad por un buen
gobierno.
Empero, retomando el tema, porque no
hablar de la Zona Metropolitana del Valle de México que alguna vez tuvo el
primer lugar con mayor contaminación y que ahora ocupa el cuarto lugar con partículas
suspendidas PM10[1]. Donde el transporte masivo es el principal
motor contaminante del lugar, ya que hay un exceso de vehículos, tanto
particulares como de carácter público. Y aunque haya métodos de control estos
no son suficientes, porque al parecer a la población le conviene más respirar
aire con poca calidad que llegar tarde al trabajo, escuela, actividades
recreativas entre otros. Porque el tiempo es limitado preciado para la productividad y conseguir el
medio para cubrir las necesidades básicas; por lo tanto prefieren sacrificar la
salud, debido a que el método de “hoy no circula” ha provocado que por lo menos
cada familia tenga dos automóviles. Y el transporte público no es una
alternativa viable por la mala calidad del servicio, pero aun así gran parte de
la población lo utiliza porque no le queda de otra. Y la salud es un sacrificio
que se cubrirá a largo plazo, al menos eso sucede a nivel nacional.
Entonces, México tiene las herramientas
para la construcción de soluciones, pero no la voluntad de brindarlas. Porque detrás
de ello, se encuentra mala administración gubernamental y de remate el monstruo
de la corrupción.
Literatura consultada
Cárdenas
Gonzáles, B., 2003. Tratamiento biológico de compuestos orgánicos volátiles de
fuentes fijas, INE, México.
Centro
Mario Molina, 2014, Políticas integrales para mejorar la calidad del aire en la
ZMVM, Referencia [Internet]. Tomado de: < http://centromariomolina.org/politicas-integrales-para-mejorar-la-calidad-del-aire-en-la-zmvm/>.
Consultado el 18 de junio del 2015.
SEMARNAT,
2013, Contaminación, Referencia [Internet]. Tomado de: <http://www.semarnat.gob.mx/archivosanteriores/informacionambiental/Documents/05_serie/yelmedioambiente/5_contaminacion_v08.pdf>.
Consultado el 18 de junio 2015.
Realizado por: Ariadna Leonor Merlín Hernández
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