viernes, 10 de abril de 2015

¿Fue el progreso económico la mejor opción en el desarrollo del nuestro país?

¿Fue el progreso económico la mejor opción en el desarrollo del nuestro país?

¿Qué es una economía?        
Comenzaremos hablar acerca de una definición general de economía, entendiéndose ésta  como un sistema organizacional un poco complejo, es decir, un sistema para organizar la producción de bienes y servicios y su distribución entre la población. La economía está unida inevitablemente al sistema natural (atmosfera, geosfera, hidrosfera y biosfera) y a su vez  al sistema social (al sistema de reglas, costumbres, tradiciones, organizaciones y redes de comunicación, tales como guía y redes de personas); por consiguiente, todo forma parte del sistema económico y se relaciona muy estrechamente.
Una economía comprende a los sectores de producción que extraen los recursos naturales y los combinan con el capital y el trabajo, a través de procesos que mediante el conocimiento y la tecnología producen bienes y servicios. Se puede ver entonces que los procesos de producción están sujetos a la disponibilidad de los recursos naturales, capital y trabajo, así como a las características técnicas del proceso de producción. Hay que entenderse que la producción no es un proceso de creación sino más bien de conversión. La producción útil convierte la materia y la energía en formas más valiosas, es decir, que la materia y la energía sean mucho más útiles para satisfacer las necesidades del hombre. La producción eficiente maximiza el incremento de valor que resulta del proceso. Por lo general, la producción útil y eficiente genera algunos desechos (materia y energía con valor ya sea de cero o negativo) junto con sus productos valiosos.
Se incluyen también los sectores de consumo (las personas que actúan individual y a veces colectivamente) quienes combinan los productos del sector productivo y muchas de las veces los recursos naturales en forma directa para obtener sustento y satisfacciones. Una parte importante es que los procesos de consumo están sujetos a la productividad de la sociedad de la cual forma parte el individuo mismo, de la capacidad de éste para exigir bienes y servicios que cree necesario, (aunque esto lo sea) para competir con sus semejantes y de las leyes de la física. Los bienes consumidos no desaparecen, sino que se les convierte en otras formas de energía y materia, que se ven reflejados en los desechos que generamos día con día. Los bienes y servicios que se necesitan o se desean deben ser producidos, mientras que las formas de energía-materia disminuyan. En vez de aumentar la satisfacción deben ser evitadas o hacer que sean tan inofensivas como sea posible.
El impacto del hombre hacia los ecosistemas
Una vez comprendido la definición de economía, remontémonos al pasado cuando el Homo sapiens luchaba por su subsistencia (encontrar alimento, abrigo y protegerse de los depredadores de animales salvajes). El hombre, por su intelecto superior, tuvo la necesidad de establecer una estructura social, un sistema de comunicación y organización que le permitiese formar grupos para defenderse, domesticar a los animales salvajes y levantar cosechas. Aprendió a utilizar pieles, madera, piedras y metales; desarrolló las civilizaciones, las culturas, el arte, la literatura y la religión; pero al mismo tiempo intervino en la creación de desiertos y la destrucción de ecosistemas.
Las grandes civilizaciones crecieron, florecieron y, cuando sobrepasaron a sus recursos básicos y a sus estructuras organizativas, declinaron. Por consiguiente, lo que ahora se llama progreso ha sido un proceso lento y penoso, que trae consigo como consecuencia, alcanzar los límites.
Un poco sobre historia de la economía
Hace alrededor de quinientos o seiscientos años, la proporción de cambio técnico, económico, social, político y cultural empezó a acelerarse con rapidez, primero en Europa Occidental y después en el resto del mundo esos cambios establecieron las condiciones que dieron lugar al progreso económico.
La primera manifestación de este rugoso cambio fue el desarrollo de la navegación transoceánica, que facilitó el comercio (un generador importante de oportunidades económicas). De la misma manera, los grandes navíos, equipados con armamento mucho más potente, hizo posible gracias al descubrimiento de los usos militares de la pólvora, ampliaron enormemente las bases de recursos de la Europa Occidental. Después de esto, hubo una época de exploración y pillaje intercontinentales y de piratería, para redistribuir el botín. Al principio el oro, y los objetos preciosos se sacaban simplemente de Asia y las  Américas, para enriquecer a la tierra natal. Después fueron las especias, los aceites y los minerales. Más tarde se explotó una amplia gama de alimentos, fibras, minerales y recursos humanos (explotación), para proporcionar a las economías europeas materia prima y trabajo de esclavos. Se establecieron colonias para que sirvieran como base del pillaje, para operar las minas y, sobre todo en los climas más cálidos, para producir alimentos y fibras por el sistema de plantaciones.
Con la Revolución Agraria y luego la Revolución Industrial, modificaron radicalmente tanto las técnicas como la organización social de la producción. La base de recursos nacionales creció a medida que se encontraban aplicaciones para cosas que, como el petróleo, no se habían descubierto o bien eran conocidas pero se les consideraba inútiles. Los adelantos en las áreas de ciencias y medicina permitieron que la población creciese a un ritmo sin precedentes. Para Europa, la importancia del mundo no europeo aumentó en vez de disminuir. Siguió proporcionando alimentos, fibras, minerales y esclavos. Además, las colonias proporcionaron mercados para los sobrantes industriales de Europa y hogares para su población excedente.
Las áreas escasamente pobladas y cuya población indígena era en particular primitiva (América del Norte, Australia, África del Sur, y partes de Sudamérica) vinieron a ser la frontera, que sería dominada y desarrollada por las poblaciones europeas. La combinación del ingreso discrecional creciente y los incentivos, proporcionada por el sistema económico internacional, liberó a los individuos de los lazos de la familia, la comunidad  y el lugar, y fomentó el individualismo y la movilidad. Para muchos, la ubicación y las relaciones interpersonales se volvieron transitorias, mientras que el ingreso seguía creciendo.
Los mecanismos de organización social, el sistema jurídico y la estructura institucional desarrollados en esos tiempos dejaron de promover la estabilidad. Propiciaron más bien el progreso industrial, la explotación de los recursos naturales y la transferencia de esos recursos a quienes eran más capaces de utilizarlos.
En todo este periodo de tiempo se basó apreciablemente en: 1) el pillaje, el colonialismo, y la explotación de los recursos básicos de las tierras no europeas por parte de los pueblos europeos técnicamente avanzados. Otro hecho importante que cabe resaltar es en: 2) la explotación de recursos renovables y no renovables. La conservación de los recursos carecía de importancia y su reciclaje resultaba costoso, comparado con lo que costaba utilizar recursos recientemente extraídos y limitados por las leyes de la física. El uso de recursos no renovables representa retiros del almacén de dichos recursos. Otra de las causas que provoca la pérdida de los recursos naturales es: 3) la irreversibilidad de los ecosistemas. La tierra se destinó a usos que se consideraban productivos sin considerar los cambios provocados en las comunidades vegetales y animales. Se tiraban los desechos agrícolas e industriales sin preocuparse por sus efectos. Como resultado de las tres condiciones anteriores, éstas no pueden por sí mismas continuar indefinidamente sobre el planeta Tierra. Lo que provoca que pueda modificase, sólo si se cambia la base de la actividad económica.
Las soluciones no se hallarán con facilidad y requerirán alguna combinación de tecnología, sustitución de recursos, conservación y control de la población. Así mismo, se habrá que tomar decisiones difíciles, ya que cada curso de acción factible tendrá sus costos y también sus beneficios. Algunos cursos de acción excluirán a otros, sin embargo, tendrá que realizarse elecciones arriesgadas entre metas, pues al perseguir algunas implicará sacrificar a otras.

Bibliografía
Randall, A. 1985. Economía de los Recursos Naturales y Política Ambiental. Limusa. México, D.F. Pág. 474.
Leontief. W. 1977. El futuro de la Economía Mundial. Siglo Veintiuno Editores. México. Pág. 239.

Gill, R. T. 1965. Desarrollo Económico: pasado y presente. UTEHA. México, D.F. Pág. 215.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario